El drama de un padre: que mueran sus dos hijas siamesas o separarlas y que viva sólo una

Las nenas senegalesas comparten el mismo hígado, vejiga y sistema digestivo. Si las apartan, una de ellas no sobrevivirá la operación por la debilidad del corazón. Pero si las mantienen unidas, ambas estarán destinadas a fallecer.

Ibrahima Ndiaye es un padre senegal de 50 años dedicado a sus hijas, Marieme y Ndeye. Las dos nenas son siamesas y si bien tienen cerebros, corazones y pulmones separados, comparten el mismo hígado, la misma vejiga y el mismo sistema digestivo.

Ndiaye viajó a fines del 2018 desde Senegal hasta el Reino Unido, con la esperanza de que en el Hospital Great Ormond Street pudieran ayudarlo. Previamente, ya había entablado contacto con otros centros médicos en Bélgica, Estados Unidos, Alemania y Suiza y sólo en Manchester le dieron una esperanza para sus hijas.

Pese a toda esta situación ambas han logrado desarrollarse y llegar juntas a cumplir los tres años. Según detallan medios ingleses, Marieme es más activa y traviesa, mientras que Ndeye tiene una personalidad más tranquila.

La salud actual de las nenas es complicada: el corazón de Marieme es débil y su esperanza de vida se redujo considerablemente y, si ella muere con su cuerpo aún pegado al de Ndeye, su hermana no sobrevivirá.

Por tanto, Ibrahima tendrá que tomar la decisión desgarradora de dejar morir a una de sus dos hijas para salvar a la otra, o mantenerlas juntas y que mueran ambas.