Se reportó una serie de poderosos y consecutivos terremotos de magnitud 7.0 y 5.7 en la escala de richter que golpearon a la ciudad más grande de Alaska, Anchorage.
El Servicio Geológico de Estados Unidos reportó que el epicentro del primer terremoto sucedió al norte de la mencionada ciudad estadounidense que cuenta con unos 300.000 habitantes. La gente declaró a los medios que huyeron de las oficinas mientras que otros se escondieron debajo de los escritorios.
Como saldo hubo grandes construcciones sacudidas y deformaciones en las rutas y autopistas, lo que provocó la evacuación de los residentes de la isla de Kodiak a terrenos elevados.
La alerta de tsunami fue levantada poco tiempo después y no hubo reportes de muertes ni heridos graves.
Todos los vuelos en el aeropuerto local fueron suspendidos luego que el sismo cortó el servicio de comunicaciones y obligó a evacuar la torre de control, y el oleoducto Alaska que también fue cerrado mientras trabajadores eran enviados a inspeccionar los daños.
Las autoridades habilitaron un centro de convenciones como albergue de emergencia. El gobernador Bill Walker emitió una declaración de desastre en el estado.
Una réplica de 5,7 aconteció luego del primer terremoto, lo que obligó a los ciudadanos a salir nuevamente a la calle para evitar heridas dentro de sus hogares.
El epicentro de este gran sismo se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las regiones geológicamente más peligrosas del mundo, porque allí chocan varias placas de la corteza terrestre y suelen registrarse desplazamientos tectónicos, erupciones volcánicas, terremotos y tsunamis.
Curiosamente, un movimiento de 3,8 grados se registró en Argentina, más precisamente en La Plata, Esteban Echeverría, Turdera, Quilmes, Avellaneda, Berazategui, Florencio Varela, Longchamps, Aldo Bonzi y Monte Grande. También se sintió en Chile.
Fuente: Crónica
