En solo 15 minutos asaltó dos heladerías a punta de cuchillo

Un delincuente simuló ser cliente. Mientras le servían su pedido, extrajo un arma blanca de gran tamaño. Amenazó a las empleadas. En un local no pudo concretar el robo de dinero. Pero al rato, logró llevarse la recaudación de otro comercio. Al final fue detenido.

Delincuente simulando ser un cliente

Des­pués de co­me­ter dos asal­tos a pun­ta de cu­chi­llo en ape­nas 15 mi­nu­tos, en he­la­de­rí­as de la ciu­dad co­rren­ti­na de San­to To­mé, un de­lin­cuen­te fi­na­li­zó de­te­ni­do por la Po­li­cía cuan­do es­ca­pa­ba en una bi­ci­cle­ta ro­ba­da.

El mal­vi­vien­te, de 29 años, fue iden­ti­fi­ca­do co­mo Ma­tí­as V., quien ame­na­zó de muer­te a las em­ple­a­das de am­bos lo­ca­les co­mer­cia­les con un ar­ma blan­ca de gran ta­ma­ño.
Efec­ti­vos de la co­mi­sa­ría Pri­me­ra, des­pués de ser aler­ta­dos de los ilí­ci­tos, co­men­za­ron a bus­car al mal­vi­vien­te has­ta en­con­trar­lo a po­cas cua­dras, mien­tras ma­ni­pu­la­ba el di­ne­ro que al­can­zó a sus­tra­er de uno de los ne­go­cios.
De acuer­do con la in­for­ma­ción co­no­ci­da por dia­rio épo­ca de fuen­tes ofi­cia­les, to­do trans­cu­rrió en la sies­ta del vier­nes.
Pri­me­ro, a las 14:45, el la­drón en­tró a un co­mer­cio de ca­lle Hi­pó­li­to Yri­go­yen al 700.
Ves­ti­do de re­me­ra, ber­mu­da, za­pa­ti­llas y go­rro, pi­dió un he­la­do. La chi­ca que aten­día en ese mo­men­to no sos­pe­chó que es­ta­ba de­lan­te de un fal­so clien­te que a los po­cos se­gun­dos se acer­có a un cos­ta­do del mos­tra­dor y ex­tra­jo un cu­chi­llo ti­po car­ni­ce­ro.
La em­ple­a­da, asus­ta­da, co­rrió ha­cia el fon­do del lu­gar lle­ván­do­se con­si­go las lla­ves de la ca­ja re­gis­tra­do­ra y fue per­se­gui­da al­gu­nos me­tros por el asal­tan­te.
An­tes de es­ca­par, el mal­vi­vien­te tra­tó de abrir la ca­ja. Pe­ro no lo lo­gró. En­ton­ces de­ci­dió dar­se a la fu­ga, mien­tras la víc­ti­ma y un com­pa­ñe­ro de tra­ba­jo que es­ta­ba en la par­te de atrás, lla­ma­ban a la Po­li­cí­a.
Con la úni­ca in­ten­ción de ha­cer­se de al­go de di­ne­ro, el mal­he­chor co­me­tió otro asal­to ape­nas a dos cua­dras y en la mis­ma man­za­na, en ave­ni­da San Mar­tín al 700. Eran cer­ca de las 14:55.
En es­te se­gun­do lu­gar, el de­lin­cuen­te sí pu­do lo­grar su ob­je­ti­vo. Con igual mo­da­li­dad, en­ga­ñó a una em­ple­a­da y mien­tras és­ta ser­vía el pe­di­do de un he­la­do de “dul­ce de le­che y fru­ti­lla” el fal­so clien­te la in­ti­mi­dó con el ar­ma blan­ca. Pa­so se­gui­do sa­có to­do el di­ne­ro de la ca­ja re­gis­tra­do­ra. Se tra­ta­ba de una su­ma de al­re­de­dor de 4 mil pe­sos.

Du­ran­te el atra­co, el asal­tan­te pi­dió a su víc­ti­ma que fue­ra ha­cia el fon­do y se que­da­ra allí. Ella, ate­mo­ri­za­da, hi­zo ca­so has­ta que no­tó el ale­ja­mien­to del au­tor del ro­bo.
Mien­tras los efec­ti­vos es­cu­cha­ban el re­la­to de las per­so­nas afec­ta­das en el pri­mer he­cho re­ci­bie­ron la aler­ta del se­gun­do asal­to. Y al di­ri­gir­se al lu­gar su­pie­ron que el au­tor era na­da me­nos que el mis­mo su­je­to, quien es­ca­pó en una bi­ci­cle­ta.
Un ras­tri­lla­je per­mi­tió a las au­to­ri­da­des lo­ca­li­zar al mal­vi­vien­te to­da­vía en las in­me­dia­cio­nes. Lo de­tu­vie­ron con el di­ne­ro ro­ba­do y el cu­chi­llo usa­do pa­ra ame­dren­tar a las mu­je­res.
El acu­sa­do (o­riun­do de San­to To­mé) de­be­rá afron­tar dos cau­sas pe­na­les. Una ca­ra­tu­la­da co­mo ro­bo ca­li­fi­ca­do en gra­do de ten­ta­ti­va y la res­tan­te por ro­bo ca­li­fi­ca­do por el uso de ar­ma blan­ca.

Fuente: Diario Epoca.