Tailandia: Rescataron al entrenador, el último que quedaba dentro de la cueva

Los nenes y su entrenador fueron trasladados a un centro médico, donde quedarán en cuarentena. Estuvieron más de dos semanas atrapados en una caverna en el norte del país.

Ya rescataron a todos los chicos y su entrenador de la cueva inundada en el norte de Tailandia, en el tercer día del operativo que mantuvo al mundo en alerta. La marina tailandesa celebró la buena noticia al grito de «Hooya» en un posteo en Facebook.

«Los 12 Jabalíes Salvajes -el nombre de su equipo de fútbol- y su entrenador fueron evacuados de la cueva», anunció el cuerpo de élite de la marina tailandesa que participó en el rescate.

Los nenes recibieron los primeros auxilios en una carpa médica provisoria que se instaló en el lugar y están «saludables». Luego fueron trasladados al hospital local, donde permanecerán por lo menos siete días. Afuera del a cueva, rescatistas y periodistas celebraron con aplausos la noticia.

18 días en la cueva

Los chicos y su entrenador pasaron más de dos semanas en la cueva Tham Luan, atrapados a unos 4 kilómetros de profundidad. Un primer nene salió el martes cerca de las 16, y luego, en una rápida sucesión de los hechos, fueron saliendo los demás cuando ya era de noche en Tailandia.

De un total de 13, cuatro salieron el domingo, otros cuatro el lunes y los últimos cinco este. Un equipo de expertos buzos extranjeros flanqueados por comandos de la marina tailandesa llevaron a cabo las operaciones que fueron meticulosamente planificadas.

Los rescatistas tuvieron que atravesar junto a los chicos un complejo de laberínticas galerías parcialmente inundadas y con desniveles y visibilidad nula para alcanzar la boca exterior de la cueva.

Además de los nenes, hay otras 4 personas -un doctor y 3 miembros de la Marina- que se internaron en la gruta para realizar tareas de asistencia médica y psicológica al grupo de niños y hoy deberían abandonarla.

Un entrenador que fue monje budista, la clave de la supervivencia de los chicos

Los «Jabalíes Salvajes» pasaron nueve días en las entrañas de la cueva hasta que dos buzos británicos lograron dar con ellos, a principios de la semana pasada. Demacrados pero vivos, esperaban en una roca a más de cuatro kilómetros de la entrada de la cueva. Entraron el pasado 23 de junio en la caverna y quedaron atrapados cuando el lugar se inundó por las fuertes lluvias monzónicas.

Según contaron los chicos, lograron sobrevivir gracias a su entrenador de 25 años. El hombre, que se había ordenado como monje budista cuando era más joven, les enseñó cómo beber el agua que se filtraba desde las estalactitas, y no la sucia de la corriente, racionó los pocos víveres que llevaban, les ayudó a meditar y les ordenó dormir y descansar todo lo que pudieran para ahorrar energía.

Tras encontrar al grupo, los rescatistas revisaron desesperadamente todas las opciones posibles, desde cavar túneles desde la montaña hasta hacerles esperar bajo tierra durante semanas el fin de la época del monzón.

Pero frente a la amenaza de nuevas lluvias y de una bajada de los niveles de oxígeno en la cámara en la que estaba refugiado el grupo, las autoridades decidieron el domingo iniciar la evacuación.

E primer ministro de Tailandia, Prayut Chan-ocha, visitó el lunes a los chicos hospitalizados y a sus familiares. También supervisó el trabajo de las más de 1000 personas que participan de los operativos desde que se produjo la desaparición del equipo de fútbol infantil.

Tranquilizantes para evitar ataques de pánico

Antes de iniciar cada uno de los procedimientos de rescate, los buzos les dieron tranquilizantes a los chicos. Fue para evitar un posible ataque de nervios en medio del agua. El rescatista danés Ivan Kardzic explicó que los sedaron para que no entraran en pánico. «No estaban totalmente aturdidos, pero no reaccionaban con normalidad», aclaró en una entrevista radial.

Con respecto a todas las posibilidades que habían barajado antes de empezar con el dificultoso rescate, el profesional confesó que habían imaginado «todo tipo de escenarios catastróficos». Desde problemas con los equipos hasta el miedo a que alguno de los chicos se ahogue, ya que no sabían nadar y el camino hasta la salida no iba a ser ameno.

Aunque resultó exitoso, el operativo no fue exento de tragedia. Uno de los rescatistas murió la semana pasada al quedarse sin oxigeno durante le viaje de regreso. Se trata de Sunan Kunan, un exbuzo de la marina tailandesa que vino como voluntario cuando se enteró de la noticia.

Fuente: TN Noticias