Aborto legal: arranca el debate en el senado con pedidos de tolerancia y contraofensiva de la iglesia

El arzobispo porteño y el de Tucumán, en dos actos, fueron este lunes muy duros con la legalización. En la Cámara Alta, el jefe de bancada del PJ le pidió a la Iglesia "ejercer la tolerancia" con los que piensan distinto sobre el aborto.

El debate en el Senado del proyecto que legaliza la interrupción voluntaria del embarazo comenzará hoy en medio de la polémica. Durante el fin de semana largo, la Iglesia embistió con fuerza y a repetición contra el proyecto de legalización del aborto. En respuesta a la presión ejercida por varios obispos contra la iniciativa, el jefe del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto (Río Negro), le pidió a la Iglesia «ejercer la tolerancia» con los que piensan distinto sobre el aborto.

La Iglesia Católica 3n pié de lucha
Cuando aún seguían los ecos de la multitudinaria misa que medio centenar de obispos concelebró este domingo en Luján, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, volvió a la carga el lunes temprano, en ocasión de un encuentro del movimiento de la Renovación Carismática en el Luna Park. Mientras que a media mañana fue el turno en Tucumán del arzobispo local, monseñor Carlos Sánchez, en el tradicional tedeum por la celebración del 9 de Julio.

Ante miles de fieles fervorosos, que rezaban con los brazos extendidos y las manos abiertas, como es característico de los carismáticos, Poli dijo en la homilía de la misa que abrió el encuentro que “no es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana”. Añadió que “nos duele y entristece que se piense en legislar para que muchos argentinos que se están gestando en las panzas de sus mamás no puedan entrar en la fiesta de la vida en esta Argentina que es para todos”. De todas formas, señaló que “igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta para enfermos y ancianos privados de atención”.

El cardenal comenzó recordando que diez días después de la Declaración de la Independencia, cuando fue juramentada, se agregaron “unas palabritas: libre e independiente de cualquier esclavitud extranjera. Una consigna -subrayó- para que la Argentina no se arrodille ante nadie, para que mantengamos la identidad nacional que tanto deseamos, que está como imbricada en nuestra fe cristiana”. En ese sentido, señaló que “nos duele que, con la falaz argumentación de ponernos a la altura de naciones progresistas e imitar sos conquistas copiemos legislaciones de muerte y no de vida. Pongámosle nombre -clamó en medio de aplausos-: ¡eso es dependencia humillante!”.

Luego, en la catedral de la capital tucumana, sin la presencia del presidente Mauricio Macri, pero ante la vicepresidenta Gabriela Michetti, y el gobernador de la provincia, Juan Manzur, monseñor Sánchez afirmó que “el aborto es muerte de un inocente, de un niño, de un argentino. Y nadie -destacó- tiene derecho a eliminar voluntariamente la vida de un ser humano. Porque ‘vale toda vida’”, dijo al citar el lema que eligió la Iglesia para oponerse a la legalización del aborto.

Argumentó que “en la base y fundamento de toda sociedad está el valor inalienable de la vida, por lo que pidió respetar “este derecho fundamental que tiene todo ser humano, todo argentino. Hoy nuestro pueblo heredero de los valores que nos legaron nuestros próceres -indicó- decimos que vale toda vida. Que todo hombre es importante. Que no hay sobrantes en la Argentina. Que la dignidad de todo ser humano ha de ser respetada desde su concepción hasta la muerte natural”.

El domingo, en Luján, el presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, había dicho que los obispos “estamos perplejos y dolidos” ante la eventual legalización del aborto porque “sería la primera vez en dictarse en tiempos de democracia una ley que legitime la eliminación de un ser humano por parte de otro ser humano”. Al tiempo que señaló que “el aborto no es un derecho, sino un drama”.

La sucesión de declaraciones y gestos de miembros de la Iglesia en menos de 24 horas se producen ante una votación en el Senado -fijada para el 8 de agosto- que se presenta como muy reñida, acaso mucho más de lo que se presentaba en la Cámara de Diputados, donde el proyecto fue aprobado tras un largo y encendido debate y una ajustada votación.

La respuesta de Pichetto
«La Iglesia debería ejercer la tolerancia porque la ley está por encima de los dogmas», sentenció el Jefe de Bloque Justicialista en el Senado y en respuesta a la ofensiva de la Iglesia contra la iniciativa sancionada por la Cámara de Diputados en la mañana del 14 de junio pasado, que se tradujo en los duros conceptos vertidos durante las homilías por el 9 de Julio.

Las palabras del rionegrino se convirtieron así en el prolegómeno del inicio del debate sobre la legalización del aborto en la Cámara alta, lo que ocurrirá hoy, a partir de las 14, en un plenario de las comisiones de Salud, de Justicia y Asuntos Penales y de Asuntos Constitucionales.

El encuentro será la primera de siete jornadas (martes y miércoles durante las próximas cuatro semanas) a la que concurrirán invitados a exponer a favor y en contra del proyecto.

Expositores
La hoja de ruta fijada por un acuerdo político sellado entre todos los bloques políticos del Senado establece que las comisiones deberán emitir dictamen el próximo 1° de agosto. El o los dictámenes que emita el plenario serán discutidos en el recinto una semana después.

Habrá 56 expositores acordados entre los presidentes de las tres comisiones. En esa nómina inicial figuran, en partes proporcionales en sus posturas a favor o en contra del aborto, referentes del derecho, como Alberto García Lema, Jorge Vanossi, Andrés Gil Domínguez, Hernán Munilla Lacasa, Nicolás Becerra, Alberto Bianchi, Martín Farrel y la exjueza de la Corte de Mendoza Aída Kemelmajer; científicos del Conicet (Alberto Komblihtt, Dora Barrancos y Mariana Romero), de la UBA (Mónica Pinto) y de la Universidad de La Pata (Fabián Salvioli), y especialistas médicos, como el decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica, Miguel Schiavone, la exdirectora de la Maternidad Sardá Patricia Rosemberg, y el jefe de obstetricia del Hospital Austral, Ernesto Beruti.

También serán invitados a prestar su testimonio referentes de instituciones como la Academia Nacional de Medicina y de Derecho y Ciencias Sociales, y de organizaciones y de asociaciones civiles.

La lista incluye también funcionarios, como el actual ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, quien se manifestó a favor de la legalización del aborto y concurrirá a exponer en la reunión prevista para el próximo 24.

Ese mismo día están invitados el exministro Ginés González García y Leonel Briozzo, exsubsecretario de Salud de Uruguay, país que tiene despenalizado el aborto hasta la semana 12 de gestación.También expondrán Víctor Urbani, ex ministro de salud jujeño, y Leandro Caruana, secretario de salud de Rosario.

Tras permanecer en un cuidadoso segundo plano mientras el proyecto se debatió en Diputados, la Iglesia decidió salir a redoblar sus esfuerzos en su lucha contra la legalización del aborto y recuperar el terreno perdido ante las marchas a favor del aborto legal.

Así, el papa Francisco comparó el aborto legal con los planes eugenésicos del régimen nacionalsocialista alemán, al asegurar que «es lo mismo que hacían los nazis para cuidar la raza, pero con guantes blancos». Lo dijo dos días después de que el proyecto fuera aprobado en la Cámara baja.

A las palabras del Papa se sumaron las expresiones de varios obispos. Anteayer, en la multitudinaria Misa por la Vida, celebrada en la Basílica de Luján, el presidente del Episcopado, Oscar Ojea, aseguró que, de sancionarse, «sería la primera vez que se dictara en la Argentina, y en tiempos de democracia, una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano».

Fuente: LT 7